Supongo que cuando digo que quiero estar sola la gente se lo imagina como un resentimiento, como cuando teníamos 13 años y nos encerrábamos y no queríamos salir ni ver a nadie.
A mí me gusta estar conmigo, estoy enamorada de mí. Lo malo llega cuando la gente me exige atención, me exigen que los entretenga. Debería agradecer que haya gente que me busque, pero si las personas me tienen algo de cariño se darán cuenta de que darme mi espacio es algo que aprecio mucho. En la era de las redes sociales estamos acostumbrados a estar en contacto con las personas todo el tiempo. Se convierte en una necesidad y derecho la atención de tus contactos.
Querer estar solo es una ofensa, un pecado, un problema que debería ser resuelto lo antes posible, una enfermedad.
Para mí es un lujo, pero si cierro para poner un ejemplo, facebook, me buscan por WhatsApp, si no contesto WhatsApp, me marcan y mandan mensajes.
Pienso que las personas deberían encontrarse hobbies y dejar de depender de sus amistades para ser feliz y tener algo qué hacer.
Les ruego sean comprensivos, sigo conectada porque quiero saber qué es de ustedes mediante sus publicaciones, quiero saber qué está pasando en el mundo a través de los artículos que encuentro en mi inicio.
Eso es muy diferente a buscar que se centre la atención en mí.
Creo que mi error es seguir publicando, pero todo esto termina siendo como un diario para mí, no se trata de sed de cariño y atención.
No sé cómo terminar esta publicación, la verdad no se me ocurren palabras que tengan el suficiente peso para darme a explicar. Lo he intentado varias veces pero siempre sin resultado.Thomas Benjamin Kennington